Cantos Nuevos
soprano and piano
(2008, 2024)

Text: Federico García Lorca
Language: Spanish
Duration: 12 minutes, 30 seconds

Premiered 2008
Emma Prillaman, soprano
Mark Carver, piano
Pittsburgh, PA

Composer’s Note

I wrote this song cycle back in 2008 for my good friend and classmate Emma Prillaman. Lorca was a poet that she admired deeply and she and I worked together to choose four songs for the cycle. I worked directly with her father on pronunciation, syllabic and content emphasis, contour, and tone of the Spanish texts to insure an appropriate setting of words written in a language in which I am not a native or fluent speaker.

In preparation for publication, some movements received a small amount of editing. The second movement underwent the most transformative changes for ease of transitions and notational legibility.

This is perhaps the oldest piece of mine that I loved from beginning to end at its premiere, and now, more than 15 years later, I am still so moved by Lorca’s text and am proud of how it has been set.

Transpositions of this cycle for other voice ranges coming in late 2024.

Text

I. Madrugada

     Pero como el amor
los saeteros
están ciegos. 

     Sobre la noche verde, 
las saetas, 
dejan rastros de lirio
caliente. 

     La quilla de la luna 
rompe nubes moradas
y las aljabas
se llenan de rocío.

     ¡Ay, pero como el amor
los saeteros
están ciegos!

II. Rincón del Cielo

La estrella
vieja
cierra sus ojos turbios.
La estrella 
nueva
quiere azular 
la sombra. 

(En los pinos del monte
hay luciérnagas.) 

III. Verlaine

La canción, 
que nunca diré, 
se ha dormido en mis labios. 
La canción, 
que nunca diré. 

Sobre las madreselvas
había una luciérnaga, 
y la luna picaba
con un rayo en el agua. 

Entonces yo soñé, 
la canción, 
que nunca diré. 

Canción llena de labios 
y de cauces lejanos. 

Canción llena de horas
perdidas en la sombra. 

Canción de estrella viva
sobre un perpetuo día. 

IV. Cantos Nuevos

Dice la tarde: "¡Tengo sed de sombra!"
Dice la luna: "¡Yo, sed de luceros!"
La fuente cristalina pide labios
y suspira el viento.

Yo tengo sed de aromas y de risas,
sed de cantares nuevos
sin lunas y sin lirios,
y sin amores muertos.

Un cantar de mañana que estremezca
a los remansos quietos
del porvenir. Y llene de esperanza
sus ondas y sus cienos.

Un cantar luminoso y reposado
pleno de pensamiento,
virginal de tristeza y de angustias
y virginal de ensueños.

Cantar sin carne lírica que llene
de risas el silencio
(una bandada de palomas ciegas
lanzadas al misterio).

Cantar que vaya al alma de las cosas
y al alma de los vientos
y que descanse al fin en la alegría
del corazón eterno.